Nuevamente, tengo la oportunidad de vivir esa noche mágica que para tantos es la noche del día cinco de Enero en la que los Reyes Magos de Oriente nos visitan, nos saludan, nos tiran caramelos y después de haber hecho a los niños expresar a su paso por medio de su mirada y de sus ojos la más fantástica de las ilusiones y de las sorpresas, nos visitan durante la noche mientras dormimos para dejarnos los regalos que con esa renovada ilusión de cada año, abriremos por la mañana al despertarnos.
Creo que es el único día del año en que debería de estar prohibido que lloviera para que todos nuestros niños vivieran y guardaran en su corazón para de mayores seguir siendo un poco niños, la ilusión de esa noche mágica.
Jerez ayer tarde, sintió todas esas emociones que despiertan Sus Majestades cuando pasan ante nosotros. Miles y miles de niños, acompañados de padres, hermanos y abuelos contemplaron, vitorearon, jalearon y aplaudieron a los Magos de Oriente a su paso por las calles jerezanas. Después de terminar su recorrido, adoraron al Niño Dios al que pidieron Paz, Trabajo, Ilusión, Esperanza, Buen ánimo, Amor y Felicidad para todos los jerezanos.
Después y antes de dedicarse a repartir los regalos de la ilusión por los hogares jerezanos, se acercaron a la Parroquia de Santa Ana porque la Hermandad Sacramental de la Candelaria les había pedido el favor de que entregaran a los niños de la feligresía que lo necesitaban esos juguetes y regalos que con tanto cariño habian preparado para ellos.
Sus Majestades, saludaron a niños y mayores, fueron recibidos por Don Luis, el nuevo administrador parroquial, y después de ofrecer sus presentes, oro, incienso y mira, invitados a ello por el delegado de culto de la hermandad, el bueno de Paco Farach, fueron a la Jaima que la hermandad les había preparado en el salón de pasos a entregar esos juguetes que con tantas ansias esperaban entre nervios, gritos, risas y hasta alguna que otra lágrima los pequeños que allí se encontraban.
En esta noche, mi recuerdo más emocionado para todos aquellos que viven en soledad, que se encuentran hospitalizados, o que acuciados por las necesidades que provoca la falta de trabajo se van a ver en esta noche mágica, privados de la visita de Sus Majestades.
Que siempre la Esperanza y la Fuerza aniden en nuestro corazón para ayudarnos a superar las dificultades que nos sobrevienen en nuestra vida.
