martes, 11 de enero de 2011

DESCANSE EN PAZ




















Nacemos, para morir...
Morimos, para nacer...
Muy pronto han llegado la tristeza y el dolor este año al corazón de muchos. Acabo de venir de la misa de corpore in sepulto con la que acabamos de despedir en la Parroquia de Madre de Dios, a la mujer de un buen amigo, Fermín Moreno.
Victima de esa enfermedad, el cáncer, que a tantos eres queridos se no lleva, Elena se marchó ayer con el Creador dejando al bueno de Fermín y a sus dos pequeños hijos en la soledad que ocasiona la perdida de la esposa amada y de la madre de su corazón.
A pesar de la Fe que nos mantiene con la esperanza de que nos encontraremos en la otra vida, la perdida de un ser tan querido y tan joven nos llena de tristeza y nos parece totalmente injusto. Han sido unos momentos llenos de una tristeza infinita los que hemos vivido en la Iglesia al ver a Fermín junto a sus dos hijos a los que les ha tenido el brazo en sus hombros toda la misa y a los que ha llevado hasta el féretro al final para que sus hijos (9 y 11 años) se despidieran de su madre con un cariñoso beso lleno de dolor y amargura.
Que Dios en el que tanta Fe tenéis os haga llegar el consuelo y la fortaleza para sobrellevar esa perdida irreparable y que sepáis que estamos con vosotros.
Elena, ya descansa en paz.

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